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Resumen:
En esta Mesa de trabajo, nos proponemos reflexionar sobre la expresión de los fenómenos religiosos en la región de América Latina y el Caribe, atendiendo la complejidad del mundo actual en el que se presentan vertiginosos cambios societales, para ofrecer argumentos que contribuyan a explicar la vigencia y el impacto de las creencias y prácticas religiosas en las sociedades contemporáneas. Por un lado, se pretende explorar cómo estos cambios se expresan en relación a la economía, el consumo, la pobreza, el activismo social y la política, pensando en la presencia de lo religioso entre el espacio público. Junto con la diversidad propia del continente, dar cuenta de las formas en que se vive el pluralismo religioso y la libertad de conciencia, religión, convicciones y pensamiento como un derecho humano fundamental en su expresión privada, pública o normativa. Por otra parte, también nos interesa explorar el desarrollo de búsquedas espirituales por carriles diversos y distintos a las iglesias tradicionales, expresados en nuevas o re-significadas corrientes.
Líneas temáticas:
América Latina y el Caribe suelen pensarse como una región homogénea y culturalmente católica, pero, desde un inicio el catolicismo americano fue sincrético y diverso, al convivir y mezclarse con religiones de los pueblos originarios y los pueblos africanos esclavizados. Además, desde el siglo XIX un constante flujo migratorio introdujo otras religiones en la región, como el protestantismo, el judaísmo o recientemente el islam. Este eje aborda las expresiones de la tradición, la emergencia y la nueva visibilidad de la diversidad religiosa.
La religión impacta diversos aspectos de la vida de las personas, incluidas sus decisiones económicas pues, las creencias religiosas influyen en las prácticas de consumo cotidianas (como la vestimenta o la alimentación) hasta las posiciones morales frente a las relaciones económicas. Este eje explora la relación entre religiosidad, economía y consumo para dar cuenta de las dinámicas entre intercambio y moral.
La relación entre religión y pobreza (o bienestar) es un vínculo para el análisis, en parte por el tradicional carácter asistencial o benéfico de las convicciones religiosas; pero, también, por las relaciones de causalidad descritas en países con un alto nivel de pobreza y creencia religiosa. Este eje reflexiona sobre las distintas aproximaciones sobre la relación entre religión, pobreza y desigualdad.
A partir de la secularización y la laicidad, la relación entre política y religión ha estado marcada por la diferenciación. No obstante, la creciente incidencia de discursos religiosos en la vida política y pública obliga a plantearnos interrogantes. Este eje problematiza sobre el impacto de los agentes religiosos y de las distintas manifestaciones de grupos de creyentes organizados en las sociedades contemporáneas y pretendidamente secularizadas.
El cambio climático ha hecho que el uso de la naturaleza para impulsar el crecimiento económico sea una actitud insostenible, y que se promuevan formas más respetuosas de relación con el ambiente. Este eje rescata vigencia y emergencia de cosmovisiones religiosas cuya relación con la naturaleza se percibe a partir de su sacralización.
Contrario a los postulados de la Modernidad y del liberalismo clásico, la religión no se ha recluido al espacio privado, sus manifestaciones individuales y colectivas se expresan con fuerza en el espacio público. Este eje problematiza las manifestaciones públicas de lo religioso, a partir de su articulación con el reconocimiento de derechos por parte del Estado.
Desde mediados del siglo pasado se ha intensificado la manifestación de identidades diversas (seculares, pero, también religiosas) que exigen el reconocimiento de derechos que respeten sus formas de vida. Este eje discutirá el papel del Estado en el reconocimiento y creación de condiciones para el ejercicio de derechos, en particular, el derecho a la educación, a la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
Las religiones tradicionales han experimentado graves crisis institucionales que medran su influencia en la sociedad; al mismo tiempo, emergen nuevas experiencias de lo sagrado, mejor conectadas con necesidades actuales de las personas. Además de esos procesos, este eje reflexiona sobre la relación entre tradición y novedad en el plano religioso.
El contexto actual nos llama a pensar sobre la relevancia de la religión en la pandemia y la cuarentena, con sus interpretaciones sobre el fenómeno, así como la recurrencia a distintos ritos para enfrentar los misterios y enfermedades productos de la COVID-19 o de aquellas no atendidas por el cierre de los centros médicos.
Las sociedades contemporáneas transitan por un necesario reconocimiento de las condiciones de dominación fundadas en el género. Repensar la feminidad y la masculinidad en este contexto también ha atravesado el campo religioso, en torno a los liderazgos de las mujeres tanto en las religiones tradicionales como en los protagonismos en las nuevas experiencias religiosas que adquieren visibilidad.